Como quinto trabajo Hércules es destinado a limpiar los establos del rey Augías sacando en un solo día todo el estiércol. Era Augías rey de la Élide, hijo ya sea del sol, ya de Posidón, ya de Forbante, y poseía enormes rebaños. A él se presenta Hércules, pero en lugar de manifestarle que viene por orden de Euristeo, se lo oculta, y pacta con él la limpieza de los establos en un solo día al precio de la décima parte del ganado. Augías accede a este pacto porque no cree a Hércules capaz de cumplirla así, pero como testigo del pacto actúa el propio hijo de Augías, Fileo. Hércules abre un canal en los cimientos del establo, y, desviando el curso de los ríos Alfeo y Peneo, logra hacerlos pasar por los establos y que su impetuosa corriente arrastre el estiércol, quedando así limpios en un solo día los establos. Pero Augías, que se ha enterado de lo que ha hecho por orden de Euristeo, se niega a entregarle el salario convenido, mostrándose dispuesto a acudir a juicio. En el juicio Fileo testimonia contra su padre y a favor de Hércules, por lo que Augías, encolerizado, los expulsa de su reino a los dos. Fileo va a establecerse a la isla de Duliquio. Hércules marcha por el momento a casa de Dexámeno, libera a la hija de éste, Mnesímaca, detener que casarse con el Centauro Euritión, que a ello quería obligarla, dando muerte al Centauro.
En cuanto a la limpieza de los establos de Augías, este trabajo fue doblemente inútil para Hércules, pues si por una parte, como hemos visto, Augías se negó a pagarle el precio convenido, alegando que tenía que hacerlo de todos modos por estar al servicio de Euristeo, a su vez este se negó a darle validez a la tarea, alegando que lo había hecho mediante contrato con Augías, teniendo ahora que hacer otro, en compensación por este trabajo invalido.
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