
Y por fin el duodécimo y último trabajo que ordena Euristeo consiste en traer del Infierno a Cerbero, el perro de tres cabezas y una cola de dragón y múltiples cabezas de serpiente en el lomo. Hércules empieza por encaminarse a Eleusis, donde es purificado de la matanza de los Centauros por Eumolpo, y admitido después a los misterios. Marcha luego al extremo meridional del Peloponeso y por una abertura del Tenaro desciende al Infierno.
Al verle huyen las almas de los muertos a excepción de las de Meleagro y Medusa. A ésta le acomete Hércules con la espada, como si estuviera viva, hasta que Hermes le hace saber que es una mera imagen o sombra. Por su parte Meleagro celebra con él una conversación en la que le exhorta a casarse, a su regreso al mundo de los vivos, con su hermana Deyanira, cosa que en efecto hará Hércules por lo cual morirá después. Hércules encuentra, cerca de las puertas del Infierno, a Teseo y Pirítoo, allí encadenados por haber descendido con el propósito de raptar a Perséfone para Pirítoo; Hércules libera a Teseo, pero al intentar hacer lo mismo con Pirítoo se produce un temblor de tierra y Hércules renuncia a su propósito, por lo que Pirítoo permanece para siempre en el Hades, mientras que Teseo volverá al mundo de arriba con Hércules. Queriendo este proporcionar sangre a las almas del infierno, mata una de las vacas de Hades; el pastor que las guardaba, llamado Menetes, desafía a luchar a Hércules, quien le rompe las costillas, pero le perdona la vida a petición de Perséfone.
Por fin Hércules pide directamente a Plutón el perro que ha venido a buscar; Plutón le autoriza a llevárselo si es capaz de apoderarse de él sin hacer uso de sus armas; así lo hace Hércules, resguardado únicamente por su coraza y por la piel del león, y agarrando a Cerbero no lo suelta, a pesar de ser mordido por la serpiente que éste tenía en la cola, hasta que Cerbero se muestra domado o dispuesto a seguirle. Tras de lo cual emprende, con él y con Teseo, la ascensión, saliendo a flor de tierra por Trecén, llevando a Cerbero a presencia de Euristeo, y volviendo en seguida a llevarlo al infierno, donde lo deja definitivamente.
Después de realizar las doce tareas, Hércules pasaría todavía algunas aventuras antes de morir y entrar al Olimpo. El fuego devora la parte mortal de Hércules; la parte inmortal, es transladada al cielo y divinizada, y allí se produce al fin, junto a esa apoteosis, la celebérrima reconciliación de Hera con su hijastro sellada mediante el matrimonio de éste con Hebe, hija de aquella. Del matrimonio de Hércules con Hebe nacen dos hijos, Alexíares y Aniceto. Antes de morir ha ordenado también Hércules a su hijo Hilo, el mayor de los que ha tenido de Deyanira, que una vez llegado a edad adulta se case con Íole.
Al verle huyen las almas de los muertos a excepción de las de Meleagro y Medusa. A ésta le acomete Hércules con la espada, como si estuviera viva, hasta que Hermes le hace saber que es una mera imagen o sombra. Por su parte Meleagro celebra con él una conversación en la que le exhorta a casarse, a su regreso al mundo de los vivos, con su hermana Deyanira, cosa que en efecto hará Hércules por lo cual morirá después. Hércules encuentra, cerca de las puertas del Infierno, a Teseo y Pirítoo, allí encadenados por haber descendido con el propósito de raptar a Perséfone para Pirítoo; Hércules libera a Teseo, pero al intentar hacer lo mismo con Pirítoo se produce un temblor de tierra y Hércules renuncia a su propósito, por lo que Pirítoo permanece para siempre en el Hades, mientras que Teseo volverá al mundo de arriba con Hércules. Queriendo este proporcionar sangre a las almas del infierno, mata una de las vacas de Hades; el pastor que las guardaba, llamado Menetes, desafía a luchar a Hércules, quien le rompe las costillas, pero le perdona la vida a petición de Perséfone.
Por fin Hércules pide directamente a Plutón el perro que ha venido a buscar; Plutón le autoriza a llevárselo si es capaz de apoderarse de él sin hacer uso de sus armas; así lo hace Hércules, resguardado únicamente por su coraza y por la piel del león, y agarrando a Cerbero no lo suelta, a pesar de ser mordido por la serpiente que éste tenía en la cola, hasta que Cerbero se muestra domado o dispuesto a seguirle. Tras de lo cual emprende, con él y con Teseo, la ascensión, saliendo a flor de tierra por Trecén, llevando a Cerbero a presencia de Euristeo, y volviendo en seguida a llevarlo al infierno, donde lo deja definitivamente.
Después de realizar las doce tareas, Hércules pasaría todavía algunas aventuras antes de morir y entrar al Olimpo. El fuego devora la parte mortal de Hércules; la parte inmortal, es transladada al cielo y divinizada, y allí se produce al fin, junto a esa apoteosis, la celebérrima reconciliación de Hera con su hijastro sellada mediante el matrimonio de éste con Hebe, hija de aquella. Del matrimonio de Hércules con Hebe nacen dos hijos, Alexíares y Aniceto. Antes de morir ha ordenado también Hércules a su hijo Hilo, el mayor de los que ha tenido de Deyanira, que una vez llegado a edad adulta se case con Íole.